Un anciano desgarbado, barbudo y peinado a la gomina entra en la peluquería de Josefino Coiffure.

(al principio la cámara enfoca a ambos, hacia el final del diálogo sólo a Josefino trabajando)

– Qué tal abuelo, qué corte le hacemos?
– El que usted quiera, señor.
– Soy Josefino, mucho gusto (le extiende la mano)
– Albert o, encantado.
– Y a qué se dedica, Don Alberto ?
– Soy matemático.
– Matemático? Y eso para qué sirve?
– La verdad que no sabría decirle. Para todo y nada.
– Usted es bueno con los números? Porque a mí me haría falta alguien que me ayude con la contabilidad.
– No, eso no es lo mío.
– Y gana mucha plata con la matemática, Albertito?
– No tanto.
– Se podrá hacer alguna fórmula para ver cual es el próximo número de una serie?
– Eso se llama inducción lógica basada en regresión de curvas para investigación algorítimica. Algo estoy investigando. Aplicado a algún tema en especial?
– A la lotería, la ruleta, el póker
– No, para eso no tengo nada.
– Pero Ud. no va cada tanto al casino a jugarse unos manguitos?
– Jamás
– Qué aburrido. Alcohol, droga, tabaco?
– Nada.
– Le gusta el fútbol, Don Alberto?. De qué cuadro es?
– De chico era del Ulm, de Baviera. (el peluquero pone cara de extrañeza) Ahora de ninguno.
– Me parece Alberto que usted con la matemática tiene una vida bastante aburrida que no lo lleva a ningún lado. Debería olvidarse de eso y dedicarse a algo más rentable y divertido, hágame caso, Si le interesa ayudarme con la contabilidad de la peluquería le puedo presentar a montón de colegas que tienen la misma necesidad. Nos juntamos a comer los viernes. No quiere venirse?
– La verdad que no puedo, porque encontré la curvatura del tiempo…
– (interrumpiendo) Bueno, listo! Le gusta? (sosteniendo un espejo)
– La verdad es que me veo raro.
– Ya que no me dejó que le cambie la forma de vivir, déjeme que le cambie el “look”.
– Está muy lindo, Josefino. Hasta pronto!
– Hasta pronto Don Alberto!

(la cámara enfoca a Albert Einstein, ahora con su peinado y bigote característicos)