Una hermosa chica va al cirujano a explicarle su problema: tenía un novio cuyo amor era tan grande como mala su ortografía. Y se había tatuado todo el cuerpo con frases como “Te Hamo”, “Te kiero”, “Tullo por ciempre”, y así. El cirujano sonríe con suficiencia y se compromete a solucionar los errores.
Pero una vez en el quirófano con la paciente anestesiada, descubre que no se acuerda cómo escribir correctamente las palabras…. Y tampoco puede ayudarlo la instrumentadora ni el anestesista. Continue reading