Luis se psicoanaliza

Luis está en un diván de psicoanalista, mirando al techo y hablando.

La cámara enfoca a un psicoanalista típico con barba y pipa. Luego la cámara se aleja, y se nota que el psicoanalista está en un monitor de PC, ubicado en un cómodo sillón a la cabecera del diván.

En principio, todo bien. Luis habla y el Dr. escucha, y de vez en cuando hace un breve comentario.

El problema es que la conexión de video no es buena, y cada tanto hay interferencias de la señal de video. Pero Luis no se dá cuenta, porque está hablando sin mirar al Dr.

Cada tanto el Dr. desaparece y aparece un partido de fútbol, un noticiero, dibujitos animados…

Luis habla de temas muy trascendentes: Su esposa está muy distante, su socio también, y entre sí se están encontrando para discutir “negocios”.

Cámara enfoca a Luis:
Dr., estas decisiones son muy importantes para mí. Debo empezar la terapia de pareja?
Cámara enfoca Monitor:
(la interferencia muestra a un personaje ridículo pensando: Pato Donald, Tres Chiflados… )
Debo irme de viaje una semana justo ahora?
(idem anterior)
Asociarme con los chinos para que fabriquen nuestros productos en Malasia ?
(idem anterior)
Vender los dólares y comprar bonos?
(idem anterior… cuando Luis empieza a impacientarse porque no oye respuesta, el Dr. reaparece y dice algún lugar común)
PSICOANALISTA:
– Ud. puede saber las respuestas mejor que nosotros…

Nosotros?
PSICOANALISTA:
– Digo, yo y otras de las personas a las cuales Ud. seguramente consulta.

– Sí, le pregunté a mi esposa si debía viajar, y me dijo que sí. Ud. no pensará que ella y mi socio estarán queriendo quedarse solos y engañarme?

(el monitor muestra un ciervo u otro animal con grandes cuernos)

(El Dr. trata desesperadamente de arreglar su sistema. A veces se levanta y se va al fondo de su estudio de transmisión, donde hay equipo electrónico desordenado y atado con alambre, luego vuelve a ocupar su posición frente a la webcam)

(en algún momento en lugar del Dr. aparece un joven adolescente ridículo, con acné, y con puntos de metal en el rostro y las manos, que permiten digitalizar la imagen y hacer aparecer un Dr. virtual, al mismo tiempo la voz se distorsiona y por un segundo se oye la verdadera voz del adolescente… Luis se extraña pero no se dá cuenta del reemplazo)

Finalmente Luis se da vuelta y encara al Dr. , preguntándole :

Qué tiene para decirme, Dr.?

El adolescente justo a tiempo restaura la imagen del venerable Dr., y responde:

– Lo veremos en la próxima sesión.